MEMORIA DE ÁFRICA.BODA EN ZANZIBAR (VI)
Estamos invitados a una boda en Jambiani. Acudimos por curiosidad ya que nunca hemos visto un boda musulmana. Desde la llegada al pueblo (se trata de un barrio alejado de los hoteles y centros turísticos) percibimos una gran algarabía del vecindario. Las mujeres agrupadas con trajes de vivos colores (bui bui) y los hombres en el lado opuesto de la plaza, la mayoría luciendo un gorro redondo (kofia) y algunos con túnica blanca (kanzu), los niños por todas partes.
Somos los únicos blancos e inevitablemente centramos la atención y curiosidad de todo el mundo. Nos dirigimos a casa del novio (fue él quien nos invitó) y lo encontramos con kanzu, pañuelo rojo y blanco (veli ) sobre los hombros.
Desde la casa un coche lo recoge y lo lleva a un lugar, distante 100 metros, donde se celebra la ceremonia religiosa, en la que sentado en un suelo cubierto de alfombras y flanqueado por su padre y hermanos se situa frente al oficiante. Entre éste y el contrayente hay una bandeja en la que hay incienso y un frasco con agua. Después musita lo que suponemos versículos del Corán mientras toma la mano del novio. Finalmente esparce el agua sobre los asistentes y finaliza la ceremonia con el reparto. de pequeñas. pastas, sin que la novia y el resto de mujeres hayan hecho acto de presencia.
Posteriormente la comitiva masculina se desplaza entre músicas y danzas hasta la casa de la novia. Esta, con vestido verde y abundante oro, permanece encerrada y custodiada por su madre y hermanas. Allí tiene lugar la interminable sesión fotográfica de la pareja junto a la que posan los familiares por turno.
Somos los únicos blancos e inevitablemente centramos la atención y curiosidad de todo el mundo. Nos dirigimos a casa del novio (fue él quien nos invitó) y lo encontramos con kanzu, pañuelo rojo y blanco (veli ) sobre los hombros.
Desde la casa un coche lo recoge y lo lleva a un lugar, distante 100 metros, donde se celebra la ceremonia religiosa, en la que sentado en un suelo cubierto de alfombras y flanqueado por su padre y hermanos se situa frente al oficiante. Entre éste y el contrayente hay una bandeja en la que hay incienso y un frasco con agua. Después musita lo que suponemos versículos del Corán mientras toma la mano del novio. Finalmente esparce el agua sobre los asistentes y finaliza la ceremonia con el reparto. de pequeñas. pastas, sin que la novia y el resto de mujeres hayan hecho acto de presencia.
Posteriormente la comitiva masculina se desplaza entre músicas y danzas hasta la casa de la novia. Esta, con vestido verde y abundante oro, permanece encerrada y custodiada por su madre y hermanas. Allí tiene lugar la interminable sesión fotográfica de la pareja junto a la que posan los familiares por turno.