Memoria histórica


MEMORIA COLONIAL

 Parece que cualquier forma de memoria histórica levanta ampollas. Desde Méjico se reclama la petición de Perdóname por parte de la corona española como potencia colonial que conquistó, saqueó y asesinó a gran parte de la población originaria de América Latina. La propuesta resultó casi ofensiva: cómo se atreve el presidente electo de Méjico, con orígenes cántabros, a exigir disculpas cinco siglos después de unos hechos que eran normales en aquella época? Se me ocurren algunas reflexiones, en primer lugar que lo ocurrido hace cinco siglos es un hecho histórico incuestionable que no admite revisión o negación. Si el tiempo transcurrido parece mucho, conviene recordar que la iglesia católica ha pedido perdón por persecuciones realizadas hace siglos y no se ha hundido el Vaticano. En cuanto a los orígenes del presidente mejicano, son los mismos orígenes que los de Martí, Bolívar o San Martín, próceres de la lucha anticolonial y padres de la patria latinoamericana. Nos dicen que la colonización fue cruel, como todas las colonizaciones de aquella época y que no se puede juzgar con la escala de valores actual. Este argumento podría colar, pero resulta que Fray Bernardino de Sahagún o el padre Las Casas también vivieron aquel momento histórico y denunciaron la barbarie con la que las tropas españolas sometieron a los pueblos originarios. Parece que hay valores que, por suerte, perduran en el tiempo. No hace un siglo aún que la colonización española del Rif dejó un rastro de muerte que se mantiene hasta hoy. En 1921 Abdelkrim proclamó la República del Rif, región norte de Marruecos de cultura bereber y lengua amazigh, donde desarrolló un estado moderno que fue referencia durante mucho tiempo para otros países en proceso de emancipación. La experiencia republicana fue aplastada por España, que bombardeó con armas químicas la región del Rif. Aún hoy, la tasa de enfermos oncológicos mayoritaria en Marruecos proviene de la región rifeña. Habría que pedir perdón a la población del Rif por el daño causado por el estado español, pero también por el estado francés, que acompañó a la aviación española en los bombardeos, y sobre todo del sultán de Marruecos que también participó en los ataques aéreos con una especie de napalm casero fabricado para la ocasión. Envenenados rifeños, abandonados saharauis, apaleados bubis de Fernando Poo. Pobres víctimas de todas las colonizaciones, ignoradas y despreciadas.





 Juan Giraldo

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